lunes, 1 de agosto de 2011

Tiempo para Compartir: Mi cuerpo es un templo.


Muestre la lámina de un templo y pregunte: “¿En qué piensan al ver un templo o el retrato de uno de ellos? ¿Por qué razón se esfuerza tanto la gente por mantener el templo bello y limpio?” Explique que un templo es un lugar sagrado.

Ayude a los niños a memorizar 1 Corintios 3:16:

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

Explique que al igual que el templo, nuestro cuerpo es sagrado y que debemos cuidarlo. 


Muestre la lámina de cuando Daniel rehúsa la comida y el vino del rey. Relate lo que les ocurrió a Daniel y a sus amigos cuando consideraron sus cuerpos como si fuesen templos (véase Daniel 1:5–20). 



Ponga a la vista objetos que representen el sueño, la buena comida, el ejercicio, la pulcritud y la modestia (ejemplos: almohada, fruta, pelota, peine, corbata). Haga que los niños escojan un objeto y digan algo que pueden hacer para considerar sus cuerpos como templos. Testifique que nuestro cuerpo es sagrado, al igual que el templo.

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