viernes, 14 de octubre de 2011

Padre Celestial, dime, ¿estás ahí?

“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá"
Marcos 11:24


Cuando Jesús vivió en la tierra, muchas personas acudieron a escuchar Sus palabras. Llevaron a sus hijos a Jesús para que Él los bendijera, pero los discípulos les dijeron que se fueran. Entonces, Jesús dijo: “…Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:14). Jesús amaba a los niño7s y los bendijo.


La canción de la Primaria “Oración de un niño” nos recuerda ese relato de las Escrituras y nos enseña acerca de la oración.


Padre Celestial, dime, ¿estás ahí?
¿Y escuchas siempre cada oración?
Creo que el cielo muy cerca está,
pues lo siento cuando empiezo a orar.
A los discípulos dijo el Señor:
“Dejad a los niños venir a mí”.
Padre, vengo ahora a ti;
vengo a ti mediante la oración.


Nuestro Padre Celestial te ama. Tú eres Su hijo y desea que le ores con frecuencia, en cualquier momento y en cualquier lugar. La siguiente estrofa de la canción te recuerda que debes orar.


Ora; Él está.
Habla; Él te escucha.
Eres Su Hijo;
Su amor te rodea.
Él te contesta.
Ama a los niños.
De los tales es el Reino,
El Reino de Dios.
(Canciones para los niños, págs. 6–7)


Puedes valerte del diario de oraciones para acordarte de orar. Colócala cerca de tu cama o en tus Escrituras. Colorea el dibujo y anota aquellas cosas por las que quieres dar gracias a tu Padre Celestial cuando ores. Él te ama y escucha cada oración que tú le ofreces, además de bendecirte con lo que necesites






Antes del tiempo para compartir, prepare unos carteles sencillos para que los niños los sostengan con la mano: Pedir, Buscar, Llamar. Para comenzar el tiempo para compartir, ayude a los niños a encontrar Mateo 7:7 y lean juntos el pasaje. Sostenga los carteles en alto y comente las palabras con los niños. Memoricen juntos el pasaje y testifique que las Escrituras nos enseñan sobre la oración. 


Muestre las láminas 305 (La oración de Enós) y 403 (La Primera Visión) de Las Bellas Artes del Evangelio y comparta esos relatos de las Escrituras que tienen que ver con la oración (véase Enós 1:1–18; José Smith—Historia 1:14–20). 


Conceda tiempo a los niños para que compartan experiencias que hayan tenido con la oración y concluyan cantando un himno o una canción sobre la oración. Testifique del poder de la oración.


Muestre la lámina 3-53 del juego de láminas del manual Primaria 3 y comparta el relato de la oración de Carolina (Primaria 3, lección 26, págs.138–139).


Repita el principio semanal del Evangelio: “Mi Padre Celestial desea que le ore con frecuencia: en cualquier momento y en cualquier lugar”. Altere el orden de las palabras de estas dos frases “implorar su santo nombre” e “imploradle”. Escriba en la pizarra las palabras desordenadas y pida a los niños que colaboren como clase para ordenarlas (véase “Letras entremezcladas”, La Enseñanza: El llamamiento más importante, pág. 195). 


Invíteles a consultar Alma 34:17–18 para ayudarles a buscar la respuesta y explíqueles que en estas dos frases se describen las formas de orar. Seleccione palabras clave (“cosechas”, “campos”, “casas”, “los de vuestra casa”, etcétera) de Alma 34:17–27 que nombren cosas por las que hay que orar y anótelas en la pizarra. Pida a los niños que las busquen en las Escrituras y analicen cómo se aplica ese pasaje a la vida de ellos. Testifique del poder de la oración en su vida.


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