Pida a un niño que salga de la sala mientras usted esconde una lámina de Jesucristo. Invite al niño a entrar y pídale que vaya hacia Jesucristo; dígale también que hay alguien que puede ayudarle. Apague las luces y entregue una linterna a otro niño. Pídale que guíe al “niño perdido” de regreso a Jesucristo iluminando el suelo. Puesto que nuestro Padre Celestial desea que regreses a vivir con Él, ha llamado a profetas para que te enseñen y te guíen. Cuando escuchas al profeta, estás escuchando a la persona a la que nuestro Padre Celestial ha llamado para representarle y hablar por Él. Así como la linterna ilumina el camino a Jesucristo, el consejo de nuestro profeta se convierte en la herramienta que necesitamos para volver a la presencia de nuestro Padre Celestial.
***
¿Querés más ideas? Seguinos en Facebook!
No hay comentarios:
Publicar un comentario