Esta es una presentación especial para la que se necesita mucho silencio y reverencia. habrán momentos para leer, cantar y meditar en nuestros corazones. Puede acompañarse con música de fondo o láminas en los momentos necesarios. Puede pedirse la participación de coros para algunas canciones o cantarlas junto a la congregación.
¿Qué niño es éste?
¿Qué niño es éste que al dormir
en brazos de María, pastores velan,
ángeles le cantan melodías?
Él es el Cristo, el rey.
Pastores, ángeles cantan,
Venid, venid a él, al hijo de María.
¿Por qué en humilde establo así,
el niño es hoy nacido?
Por todo injusto pecador
su amor ha florecido.
Él es el Cristo, el rey.
Pastores, ángeles cantan,
Venid, venid a él, al hijo de María.
Traed ofrendas en su honor
el rey como el labriego,
al rey de reyes, salvador,
un trono levantemos.
Él es el Cristo, el rey.
Pastores, ángeles cantan,
Venid, venid a él, al hijo de María.
Leer: Mateo 1:18-23
Venid, adoremos!
Venid, adoremos,
con alegre canto;
venid al pueblito
de Belén.
Hoy ha nacido
el Rey de los ángeles.
Venid y adoremos
a Cristo Jesús.
Todos hemos recibido una invitación de Venid y Adorarlo.
¿Prestamos atención a la llamada?
¿Venimos?
¿Lo adoramos?
Hace muchos años esta misma invitación fue dada para encontrarlo y adorarlo.
Leer: Lucas 2:8-14
Los pastores tenían una invitación gloriosa de encontrar al bebé y de adorarlo.
El ángel y una multitud de huestes celestiales presentaron su invitación.
Todavía, no habían visto al bebé. Sabían solamente lo que les habían dicho.
¿Ustedes piensan que los pastores creyeron que el salvador había nacido antes de verlo?
No estábamos en Belén. No oímos los ángeles cantar. Pero todavía esta vigente la invitación de venir.
Tenemos a veces fe para creer cosas sin verlas.
Cuando aprendieron sobre los principios del evangelio, ¿ha habido algo que oyeron o aprendieron y supieron de inmediato que era cierto?
Leer: Lucas 2:15-20
Y después que los Ángeles se fueron, los pastores fueron a Belén “a ver esto que ha sucedido”. No dudaron, de hecho, él dice que fueron “apresuradamente” y “encontraron al niño acostado en el pesebre”.
Habían venido.
Sabían.
Y entonces compartieron.
“Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho”
¡Regocijad! Jesús nació
¡Regocijad! Jesús nació,
del mundo Salvador;
y cada corazón tornad
a recibir al Rey.
Venid a recibir al Rey
Escuchad el son triunfal
Escuchad el son triunfal
de la hueste celestial:
Paz y buena voluntad; salvación Dios os dará.
Cante hoy toda nación
la angelical canción;
estas nuevas todos den: Nación Cristo en Belén.
¡Salve, Príncipe de Paz!
Redención traído has,
luz y vida con virtud,
en tus alas la salud.
De tu trono has bajado
y la muerte conquistado
para dar al ser mortal
nacimiento celestial
Escuchad el son triunfal
de la hueste celestial
Allí en una cálida cuna, debajo de las colinas de la piedra caliza de Belén, Jesús nació y fue acunado en un pesebre. Él dejó su divino y santo estado, Él dejó toda la gloria y majestad para entrar en el cuerpo de un pequeño niño.
El relato de Lucas del nacimiento de Cristo, es verdadero. Maria sabía que sucedería. Los pastores creyeron que sucedió.
¿Ustedes creen?
¿Ustedes han venido a él?
¿Ustedes lo adoran y lo elogian?
¿Cristo sabe que ustedes creen?
La vida de Cristo, Su Expiación, Su Iglesia y el Libro del Mormón son solo algunos de los regalos de Cristo que bendicen nuestras vidas, no solamente en la época de Navidad,
¿Qué podemos ofrecerle al Señor en esta Navidad?
¿Hay algo que ustedes podrían darle como demostración de su gratitud?
Si lo buscamos con todo nuestro corazón, le daremos lo mejor de nosotros mismos. Las oportunidades que tenemos de darle todo de nosotros mismos son ilimitadas. Hay muchas cosas que podemos hacer para servir a nuestros semejantes. Solo necesitamos abrir nuestros ojos y nuestros corazones.
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