Haga unos signos de interrogación grandes de papel amarillo o dorado. En el dorso de cada uno escriba una pregunta que podría hacer una persona que no es miembro de la Iglesia. Por ejemplo:
- He oído que los mormones no toman café, ni té, ni alcohol, ni tampoco fuman, ¿Por qué?
- ¿Tienen los mormones otras Escrituras aparte de la Biblia? ¿ Cuáles son?
- ¿Para qué son los templos?
- ¿Qué es la Primaria?
- ¿Quién fue José Smith?
- ¿Por qué tiene la Iglesia Mormona doce Apóstoles?
- ¿Por qué tienen un profetas los mormones?
Podrá hacer otras preguntas similares. Planéelas para que estén al nivel de los niños que participan del Tiempo para Compartir.
Pegue las preguntas en el pizarrón. Haga también dos letreros, uno que diga "Miembro" y otro que diga "No Miembro". Coloqueles un hilo en cada uno de manera que pueda colgar alrededor del cuello de un niño.
Como introducción a la presentación, diga a los niños que los profetas nos han pedido que todos seamos misioneros. Pregúnteles lo que es un misionero y permita que contesten varios niños. Mediante sus respuestas saque la conclusión que la mayoría de los misioneros son jóvenes y jovencitas de entre diecinueve a veinticinco años de edad que dejan sus hogares, van a otra ciudad o país y enseñan a otras personas las verdades del evangelio. Hable sobre las parejas mayores que son misioneros. Quizás tenga misioneros regulares en sus barrio con los cuales esten familiarizados los niños.
Canten todos juntos "Espero ser llamado a una misión"
Pregunte: ¿Tienen que tener diecinueve años para poder ser misioneros? (No) Pregunte cómo pueden ser misioneros los niños. Una forma es estar alertas para cuando surjan las "preguntas de oro". ¿Qué es una pregunta de oro? Es una pregunta que hace una persona que no es miembro acerca de la Iglesia. Hay preguntas de oro que hasta los niños pueden contestar.
Pida a dos niños que pasen al frente. Coloque en uno el letrero que dice "Miembro" u en el otro el que dice "No Miembro". Muestre las preguntas doradas que ha preparado. Pida al "No Miembro" que tome una y se la lea al "Miembro", y éste debe tratar de contestarla. Si no lo puede hacer, pida a los demás niños del grupo que traten de ayudarle con la respuesta. Aún en el caso de que el niño "Miembro" pueda contestar correctamente la pregunta, invite a los demás niños a hacer comentarios al respecto.
Cuando se haya contestado la pregunta, permita que los niños participantes se sienten y repit el proceso con otros dos niños.
Como resumen inste a los niños a estar atentos a las preguntas de oro que podrían ayudarles a hablarle a alguien acerca de la Iglesia y que escuchen cuidadosamente en la Primaria, en la reunión sacramental y en sus hogares para aprender las respuestas.
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