Diga a los niños que después de la resurrección de Jesús, Él se apareció a sus discípulos y les dio algunas instrucciones importantes. Pida a un niño que lea Mateo 28:19-20, y a los demás niños que escuchen lo que Jesús quería que hicieran los discípulos. Expliqueles que en estos versículos les estaba pidiendo que fueran misioneros.
Pregunte: ¿Quién está aquí hoy por causa de un misionero? (Todos)
Explique que todos los que estamos en este cuarto somos miembros de la Iglesia gracias a un misionero. Quizás no haya sido un misionero regular; quizás ese misionero haya sido solamente un miembro que vivía los principios de su religión y daba un buen ejemplo.
Si está enterada de que haya habido una conversión entre los niños, pídale a este niño que hable sobre la manera en que se unió a la Iglesia, si no cuente su propia conversión.
Pregunte: ¿Quién está aquí hoy por causa de un misionero? Debería recibir más respuesta positivas que la primera vez que hizo la pregunta.
Entregue a cada niño un cuadro genealógico y pídales que escriban en ellos todos los nombres que sepan. Instelos a averigüar quién fue la primera persona de su familia en aceptar el evangelio y que en su cuadro genealógico circulen el nombre de esa persona.
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