Muestre la lámina de un templo y pregunte: “¿En qué piensan al ver un templo o el retrato de uno de ellos? ¿Por qué razón se esfuerza tanto la gente por mantener el templo bello y limpio?” Explique que un templo es un lugar sagrado.
Ayude a los niños a memorizar 1 Corintios 3:16:
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
Explique que al igual que el templo, nuestro cuerpo es sagrado y que debemos cuidarlo.
Ponga a la vista objetos que representen el sueño, la buena comida, el ejercicio, la pulcritud y la modestia (ejemplos: almohada, fruta, pelota, peine, corbata). Haga que los niños escojan un objeto y digan algo que pueden hacer para considerar sus cuerpos como templos. Testifique que nuestro cuerpo es sagrado, al igual que el templo.
Muestre la lámina de cuando Daniel rehúsa la comida y el vino del rey. Relate lo que les ocurrió a Daniel y a sus amigos cuando consideraron sus cuerpos como si fuesen templos (véase Daniel 1:5–20).
Ponga a la vista objetos que representen el sueño, la buena comida, el ejercicio, la pulcritud y la modestia (ejemplos: almohada, fruta, pelota, peine, corbata). Haga que los niños escojan un objeto y digan algo que pueden hacer para considerar sus cuerpos como templos. Testifique que nuestro cuerpo es sagrado, al igual que el templo.
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